18/08/2017
Jim Yong Kim sorprendió a los periodistas reunidos en el Salón de Conferencias de la Residencia Presidencial de Olivos hablando en español. El presidente del Banco Mundial, nacido en Corea del Sur y criado en los Estados Unidos, estudió medicina y, de muy joven, hizo sus primeras prácticas en los barrios humildes de Lima, Perú, combatiendo un brote de tuberculosis particularmente resistente a los tratamientos tradicionales. Allí aprendió el idioma de Cervantes y hoy lo practicó, leyendo, pero mostrando una especial vocación de empatía con los argentinos.
Salía de una reunión que se realizó en el despacho que Mauricio Macri tiene en Jefatura, donde también estuvieron el canciller Jorge Faurie, el ministro de Finanzas Luis Caputo y el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo. Llegó a la conferencia de prensa a bordo de un carrito de golf que manejó el propio Presidente. En el mismo vehículo y con el mismo chofer se retiró para ir al almuerzo que se sirvió en el chalet que es la vivienda de la familia presidencial, donde devoró un sabroso corte de carne argentina.
El presidente del BM estaba ansioso por venir a la Argentina. Ya se había reunido dos veces con Macri. La primera, apenas llegó a la Presidencia, enero de 2016 en Davos, y la segunda vez cuando el Presidente viajó al Cumbre del G-20 en China. Desde el comienzo quedó impactado con el triunfo de Cambiemos en las elecciones y quiso conocer al "hacedor del milagro". De hecho, el BM mostró su acompañamiento al proceso de transformaciones aprobando para el período 2016-2017 líneas de créditos por más 3000 millones de dólares para el sector público y para el privado.
Pero a esta visita vino con más. Renovó el respaldo a la Argentina anunciando hoy un nuevo tramo de créditos para el período 2017-2018 de otros 2000 millones de dólares en créditos para el sector público (1000 millones) y el privado (los otros 1000 millones), tanto en infraestructura, energía renovable y hábitat, que son obras de urbanización en villas y asentamientos, promoviendo un acceso a la vivienda digna y regularizada dominialmente.
"Este es uno de los países por los que estamos haciendo mayor esfuerzo", reconoció Kim, explicando que "el objetivo es que en los próximos 15 años el 5% del PBI nacional sea invertido en satisfacer demandas de infraestructura en el marco de un desarrollo integral" de la comunidad. Y agregó: "a las personas que piden ejemplos de solución a problemas complejos, les decimos que miren a la Argentina".
Además explicó cuál es la clave del atractivo que tiene el plan de reformas de la Argentina: el gradualismo. "No se están apurando demasiado (en realizar las reforma económicas) para no perjudicar a los más vulnerables".