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Los primeros años de Sarmiento: autodidacta, polémico y exiliado

Aprendió solo todo lo que no obtuvo de la escasa y restrictiva educación formal de la época. Desde temprano sintió encono hacia los caudillos federales y se formó en el bando unitario

12/09/2017

Domingo Faustino Sarmiento fue, sin lugar a dudas, una de las personalidades más fascinantes y controvertidas de la  historia argentina. Polifacético, autodidacta, polémico y apasionado. Nació en Carrascal, entonces un humilde barrio de la capital sanjuanina, el 14 de febrero de 1811. Acuariano temperamental, convencido y decidido. Su padre era José Clemente Quiroga Sarmiento o José Clemente Sarmiento, como firmaba. En la época se estilaba elegir algunos de los apellidos paternos o maternos, o utilizar varios a la vez. José Clemente descendía, en quinto grado, del inmigrante portugués Manuel de Acosta, sospechado de ser un judío converso al cristianismo, que había venido de Europa, durante el siglo XVII, tal vez escapando de las persecuciones religiosas.

La madre de Sarmiento era Paula Zoila Albarracín Igarzábal; se decía que descendía del jeque moro Al Ben Razen (de quien derivaría su apellido, de raíz musulmana). Habiendo constituido un hogar cristiano, los Sarmiento tuvieron cinco hijos: cuatro mujeres (Procesa, Bienvenida, Paula y Rosario) y un varón: Faustino Valentín. Cuentan que su segundo nombre se debía a que el niño había nacido un 14 de Febrero. Entonces, ¿de dónde salió el "Domingo", nombre con el cual lo conocemos?. No se sabe, a ciencia cierta, si se debió a que había nacido un Domingo, o bien a que su familia se había encomendado a la advocación de Santo Domingo, que estaba muy relacionado con su familia. La cuestión es que desde chico respondió al nombre de "Domingo" y nunca utilizó el "Valentín",denominación que terminó perdiéndose en el olvido.

Por su lado materno, Sarmiento estaba emparentado con la familia Oro. De hecho, el fraile dominico Justo Santa María de Oro y Albarracín, diputado por San Juan al Congreso de Tucumán, que declarara la independencia en 1816, era tío suyo; y fue uno de sus primeros educadores dejando una marcada influencia en el pequeño Domingo, como lo fueron su apego al orden, la admiración hacia el progreso, la cultura y el saber humano y los valores de la unidad nacional, principios éstos que adoptaría el llamado bando unitarioen nuestras guerras civiles.

Por el lado de los Quiroga, los Sarmiento también se relacionaban familiarmente con Facundo Quiroga, el célebre y temible caudillo riojano, enemigo acérrimo de Sarmiento, a quien éste dedicara sus más duras e ingeniosas filípicas en su libro "Facundo". En efecto, ambas ramas familiares descendían del tronco común de los Rechiario, o Reciario (los reyes suevos del reino bárbaro de Galicia) que, casados con la realeza visigoda de España, darían origen al Infante don Felipe de Keiruga (o Quiroga, el inaugurador del apellido) entre los siglos VI y VII de la era cristiana.

 Sarmiento fue autodidacta; aprendió solo todo lo que no obtuvo de la escasa y restrictiva educación formal de la época

Cuenta la historia familiar que los primeros maestros del pequeño Domingo fueron su padre y su tío José Manuel Quiroga Sarmiento quienes le enseñaron a leer cuando tenía cuatro años. Sin embargo, la presencia paterna no fue luego tan determinante, habida cuenta de que don José Clemente tuvo que ausentarse mucho tiempo del hogar familiar, durante la Campaña de los Andes, junto al general José de San Martín. La carga más fuerte de la crianza de los hijos recayó sobre los hombros de doña Paula.

Hacia 1816 Domingo ingresó a una de las "Escuelas de la Patria" fundadas por la Revolución rioplatense en San Juan. En 1821 su madre le sugirió que se inscribiera en el seminario, que dependía de la Universidad de Córdoba. Sin embargo, Domingo, que jamás sintió inclinación hacia la vocación religiosa, optó por postular como ingresante al Colegio de Ciencias Morales de Buenos Aires, que rechazó su aplicación por no haber salido en el sorteo, ni tener contactos en la Capital que le franquearan el ingreso a la institución. Cerradas las puertas para perfeccionar su educación, Sarmiento no se desanimó. Desde ese momento, se convirtió en un autodidacta y aprendió solo todo lo que no obtuvo de la escasa y restrictiva educación formal de la época. De ese modo fue elaborando, en su interior, la idea de que la educación debía ser prodigada, sin límites, a todos los habitantes del país.

Un amigo suyo, ingeniero, lo orientó en matemáticas, su tío, el padre José de Oro (hermano de Fray Justo), lo ayudó con latín y teología. Mientras, en sus ratos libres, el propio Domingo estudiaba francés, por su cuenta.

 Desde ese momento, a Sarmiento lo animará un encono contra todos los caudillos, su atuendo y sus seguidores incondicionales, los gauchos

En 1827, a la edad de dieciséis años, las montoneras de su pariente lejano Juan Facundo Quiroga, el "Tigre de los Llanos" invaden San Juan y esa imagen impactará gravemente en la memoria y la mente del muchacho que, perplejo, contempla el espectáculo que se alza ante sus ojos. El "gaucho malo de los llanos", como lo llama, se ha levantado en combinación con los demás caudillos federales, en contra de la Constitución sancionada por el Congreso Nacional en 1826 y evita que los sanjuaninos juren fidelidad a esa Carta Magna. Sarmiento se dirige a las afueras de la ciudad, donde observa perplejo al caudillo riojano que ha acampado en un potrero de alfalfa y da órdenes, de pie, bajo un toldo, mientras luce orgullosamente su chiripá. Desde ese momento, a Sarmiento lo animará un encono contra todos los caudillos, su atuendo y sus seguidores incondicionales, los gauchos. A partir de allí empezará también a germinar en su mente el enfrentamiento entre la civilización, el progreso, la educación, encarnados por el autodenominado "Partido del Orden" (o "Unitario" por sus enemigos) contra la barbarie, el caos, la ignorancia y el atraso, representados por los caudillos federales y sus montoneras. De todos ellos, Quiroga constituiría el arquetipo a combatir.