13/08/2017
Muy por debajo de lo anticipado por las estimaciones privadas, la tasa de inflación de julio a nivel nacional se aceleró respecto del 1,4% que se había registrado en junio, pero se mantuvo por debajo del 2%, como había acusado un año atrás.
En un mes en que el tipo de cambio libre subió 6,3%, un aumento del promedio de precios al consumidor del 1,7%% no aparece como tan mala noticia; aunque prevalece en el mercado la duda acerca de si el traslado de ese efecto ocurrirá en agosto.
Los aumentos más significativos se localizaron en Salud con 3,3%, por el aumento autorizado en los servicios de medicina prepaga; y los estacionales vinculados con las vacaciones de invierno que impulsaron sendas subas promedios de 3,6% en el valor de los servicios de "Recreación y Cultura"; y 2,6% en "Restaurantes y Hoteles".
También se encarecieron en el rango el 3% las bebidas alcohólicas y tabaco, mientras que los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas se elevaron 1,1%; y en prendas de vestir y calzado el Indec registró deflación de 1,2 por ciento.
La baja estacional del 17,3% del precio del tomate, y de la fruta cítrica entre 4,3% y 3,2%, fueron claves para provocar una modesta suba del conjunto de los productos estacionales en 0,5%; muy lejos de la inflación núcleo que fue en julio de 1,8 por ciento.
La distribución regional de la inflación mostró una dispersión de 0,3 puntos porcentuales, con un pico de 2% en el área Pampeana y entre 1,3% y 1,5% en el Noreste, Noroeste, Cuyo y Patagónica.
Con la tasa de inflación de 1,7% en julio, en el acumulado de los primeros siete meses del año ascendió a 13,8%, poco más de dos puntos porcentuales por encima de la variación del dólar en la plaza local.
Mientras que por el contrario, en los últimos doce, el alza del Índice de Precios al Consumidor, empalmada con el índice de Gran Buenos Aires, se ubicó entre 21,5% y 21,9%, la mitad de la registrada un año antes; pero cuatro puntos más que la variación del tipo de cambio de pesos por dólar.