10/08/2018
La sociedad civil no sólo quiere que los 20 países más poderosos del mundo la escuchen sino también que le den más participación; poder debatir mano a mano con el sector financiero y energético; en el mundo laboral y también poder acceder a los mecanismos de control para garantizar la transparencia.
Estos eran los reclamos que se oían ayer en el Palacio San Martín, donde culminó el trabajo del grupo de afinidad C20, que reúne al colectivo de ONG, que se prolongó por más de nueve meses.Con la lectura del comunicado final y con expectativa de que los compromisos, en algunos casos bastante osados del G20 sean de una vez, una realidad y dejen de ser sólo discurso.
"El G20 se comprometió a reducir paulatinamente los subsidios a los combustibles fósiles, sin embargo, no hay fecha límite ni se ve que los países dejen de sostener a las grandes petroleras. Se incluye en la agenda las transiciones energéticas, pero no queda claro cuál será la tecnología para cambiar las matrices energéticas", explicó Enrique Maurtua Konstantinids, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn) y coordinador del grupo de Clima y Energía del C20 durante un workshop sobre subsidios al petróleo, el gas y el carbón.