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Economía

Una de las claves de la discusión con el FMI: más libertad para usar las reservas del Banco Central

Desde que se aprobó el acuerdo con el Fondo Monetario, el 20 de junio pasado, las reservas del Banco Central cayeron USD 10.881 millones. Cuando se elaboró el memorándum de entendimiento con el FMI el dólar cotizaba a $ 24.96; ése es el tipo de cambio de referencia incluido en el acuerdo. 

04/09/2018

Y el riesgo país todavía estaba lejos de dispararse a los niveles que llegó en estos días.

El "Plan B", el anuncio de un mega acuerdo con el FMI, que Dujovne y Caputo le ofrecieron a Macri como salida cuando se disparó la corrida en mayo, fracasó. La idea del préstamo stand by por USD 50.000 millones era que esos fondos no se usaran, y que con el sólo anuncio de que semejante respaldo estaba disponible para el país, se reabriera el mercado de crédito privado para refinanciar casi todos los vencimientos de la deuda en dólares, bajara el riesgo país, se recuperaran las reservas del Banco Central y se estabilizara la cotización del dólar.

Para tener una idea de cómo la realidad quemó todos los papales, los técnicos del Fondo incluyeron dos escenarios en el memorándum del acuerdo. El primero, el "escenario base" –redactado por Dujovne— suponía que el dólar a diciembre estaría en 27,20 pesos (así se desprende de la proyección de tipo de cambio real e inflación incluida del acuerdo) y la inflación sería del 27%. En el "escenario adverso" –que no podía ser tan adverso como los técnicos del FMI pretendían porque colisionaba con la voluntad política de Washington de respaldar a Argentina—el dólar a diciembre era de 29,20 pesos y la inflación de 31,7%.

Desde el 3 de abril hasta el 19 de junio, las reservas del Banco Central habían caído USD 13.425 millones, encendiendo todas las alarmas. Se incrementaron en USD 15.000 millones cuando ingresó el primer desembolso del organismo, y como se dijo volvieron a bajar cerca de 11.000 millones desde entonces acercándose peligrosamente al punto de partida previo al auxilio (Ver cuadro). Esa sangría persistente de las reservas, el uso de gran parte de los dólares del primer desembolso, junto con el salto del dólar de casi 60% desde que se firmó el acuerdo es la prueba evidente de que el plan original fracasó estrepitosamente. En la presentación que hizo Nicolás Dujovne del nuevo paquete de medidas fiscales se supone una inflación de 42% para el año y una caida del PBI del 2,4%. En el escenario base del acuerdo se pronosticaba crecimiento de 0,4% y en el "adverso" recesión de 1,3%.

Ahora se discute lo que Carlos Melconián llamó el "Plan C": hasta donde llegará la megadevaluación y el impacto de las medidas de emergencia para acelerar –con retenciones generalizadas a las exportaciones—el cierre del déficit fiscal.

El punto clave es la discusión entre el Gobierno y los técnicos del FMI sobre hasta dónde dejar correr el dólar. Aunque suene insólito, Caputo y gran parte del Gabinete económico se suelen quejar de que el acuerdo con el Fondo Monetario dejó al Banco Central "sin instrumentos" para estabilizar el tipo de cambio. Atribuyen toda la culpa a que el ex titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, aceptó incluir en el acuerdo la meta de un piso mínimo de "reservas netas" (las reservas totales menos el Swap con China, el repo con un grupo de bancos privados y la parte de los depósitos privados en dólares en el sistema financiero, que se contabilizan como reservas) y que la entidad monetaria debe respetar hasta junio de 2019. Ese piso de "reservas netas" era de 28.600 millones de dólares, y hoy ya se estaría incluso unos USD 1.500 millones por debajo de ese piso. Así que todas las últimas intervenciones en el mercado cambiario de Caputo –por ejemplo, el jueves y viernes para evitar que el dólar se instalara arriba de 42 pesos y la de ayer para que bajara de 40 pesos—fueron autorizadas puntalmente desde Washington. El Fondo Monetario monitorea diariamente las reservas.