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Arte y Espectáculos

La guerra de Malvinas los enfrentó, el teatro los unió: la conmovedora historia de reconciliación de 6 soldados que fueron enemigos

Tres ex combatientes argentinos, tres británicos. Seis historias de dolor, heroísmo, traumas y vuelta a la vida. En "Campo minado", la obra escrita y dirigida por Lola Arias, los protagonistas no actúan, cuentan sus dramáticas vivencias durante el conflicto de 1982. Las relaciones, diferencias y semejanzas de antiguos enemigos

09/09/2018

El detrás de escena es genial. Yo les digo cualquier cosa, ‘british’, ‘piratas’, ‘el que no salta es un inglés’. Y ellos se ríen. La pasamos bárbaro”, dice Rubén, el que saca la foto, junto a David, Gabriel y Marcelo.

Marcelo Vallejo hizo trabajos de pintura, de jardinería, vendió revistas en los trenes y fue operario en una línea de montaje de una automotriz. Los viernes a la noche se juntaba con otros compañeros a tomar alcohol. Terminaba de madrugada en una villa comprando cocaína. Era víctima de su pasado. Su testimonio es literal. Se lo confiesa a David Jackson, que es inglés y psicólogo, arriba de un escenario. Ambos están actuando de sí mismo: relatan su vida, atados a un guión, en Campo minado, la obra teatral que confunde en tiempo y espacio a veteranos de la Guerra de Malvinas.

La escena de la confesión de Marcelo a David, quien hoy ejerce de psicólogo de veteranos de guerra. “Ellos saben que al principio los odiaba”, revela el combatiente argentino

Ahora le cuenta sus secretos, pero Marcelo odiaba a David. Ahora se abrazan, pero Marcelo también quería matar a Lou Armour, quien -36 años antes- combatió del otro lado de la trinchera. Su rol de combate fue apuntador de mortero pesado 120. Estuvo en el Monte William, a siete kilómetros del pueblo, con un grupo de 18 soldados (volvieron 17) del 13 de abril al 20 de junio de 1982.

“Siempre antes de que comience la obra, pienso en el pozo donde estábamos, me imagino a mis compañeros y pido para que me acompañen arriba del escenario”, reconoce Marcelo

Marcelo pidió combatir en Malvinas. Se postuló, no espero que le llegara ninguna citación inoportuna. Durante 45 días le llovieron bombas. Pero cuando estaba en combate, cuenta,"nunca se nos pasó por la mente que íbamos a perder. Nosotros queríamos ganar. Sentíamos que estábamos defendiendo la soberanía". Su caso, tal vez, sea inspirador. El conflicto se le encarnó. La guerra lo transformó. Le quitó el porvenir y lo despojó del entusiasmo.

Los seis veteranos en escena, con sus boinas, con sus trajes. Saben que alguno pudo haber matado al otro hace 36 años

Campo minado interpela ese quiste perturbador. Se pregunta qué es un veterano, si un héroe, un sobreviviente o un loco. Lo estudia, lo explora y lo desmenuza, sin intérpretes que actúen emociones: personas que cuentan quiénes son y qué hizo la guerra con ellos. Indaga en sus recuerdos, en sus miserias y en su sensibilidad.

En la escena se enlazan las biografías personales de seis combatientes, tres defensores de cada bandera. El peso simbólico de Malvinas atraviesa el drama, pero la obra es una representación genérica de los efectos de las guerras en los soldados. Los veteranos se conjugan para sanar las grietas nacionalistas y se individualizan para abordar los diferentes modos de asimilar un conflicto bélico.