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La gripe puede ser un asesino pero igual algunos se niegan a vacunarse

Latasha Haynes tenía 34 años cuando casi murió de gripe el año pasado. Lo que comenzó como un poco de tos y fatiga terminó con dos transfusiones de sangre y un diagnóstico de insuficiencia cardíaca congestiva semanas después. La gripe había dañado los músculos de su corazón y el tejido que los rodeaba. Ella sobrevivió, pero le tomó varios meses recuperarse.

19/10/2018

Haynes, que tiene un negocio familiar en Tacoma (Washington), contrajo la gripe en enero de 2017. Ella fue una de las aproximadamente 30.9 millones de personas que contrajeron esa enfermedad durante la temporada 2016-2017. Ella era una de las 14.5 millones que vieron a un médico por el virus, y entre las aproximadamente 600.000 personas hospitalizadas a raíz de esa condición. 50.000 de ellas, al igual que Haynes, eran adultos menores de 50 años.

La última temporada de gripe fue incluso más mortal que la de 2016-2017. En un informe reciente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) dijeron que la gripe mató a unos 80.000 estadounidenses en la temporada 2017-2018, la mayor cantidad en décadas. En los últimos años, las estimaciones de muerte habían oscilado entre 12.000 y 56.000, según los CDC. Eso se compara con aproximadamente 40.000 muertes anuales por choques de vehículos motorizados.

Sin embargo, mientras nueve de cada diez personas en Estados Unidos usa cinturones de seguridad, menos de la mitad recibe la vacuna contra la gripe, la forma más importante para las personas mayores para protegerse para los siguientes seis meses contra los casos graves de enfermedades.

Una de las razones más importantes que las personas dan para no vacunarse contra la gripe es que no creen que sea necesario. Un estudio de Rand Corp sobre adultos no vacunados informó que aproximadamente 1 de cada 4 encuestados afirmaron que no recibieron la vacuna contra la gripe porque pensaron que no la necesitaban.

Ese fue el caso de Haynes. Antes de enfermarse, nunca antes se había vacunada contra la gripe.

"Simplemente no estaba en la parte superior de mi lista de prioridades. Estoy saludable y soy joven. ¿Por qué necesitaría una vacuna contra la gripe? Si la tengo, podría combatirla. No es un problema. Esa fue mi actitud al respecto", comentó.

A pesar de eso, este tipo de pensamiento no tienen en cuenta qué tan mortal puede ser la gripe para las personas sanas, según cuenta Flor Muñoz, experta en enfermedades infecciosas pediátricas en el Texas Children's Hospital en Houston.

"Las personas que están saludables pueden tener graves consecuencias a causa de la influenza", comentó Muñoz citando un estudio de 2018 de la revista Pediatrics, que encontró que la mitad de los niños que mueren de gripe no tiene afecciones médicas subyacentes.

Otra razón por la que las personas no se vacunan es porque están más preocupadas por la vacuna que por la gripe en sí. Kari O'Driscoll, madre de dos niños en el estado de Washington, dijo que no recibe la vacuna contra la gripe porque ella y sus hijos están sanos, y no cree que sufran efectos dramáticos para la salud si se enferman.

"Sopesé ese riesgo contra la idea de inyectarles algo cada año que puede o no darles inmunidad… y no parecía que valiera la pena", escribió O'Driscoll a través de un correo electrónico.

La ciencia, sin embargo, apoya la seguridad y la necesidad de las vacunas.

"Tenemos más miedo a los riesgos cuando son creados por el hombre que cuando son naturales", explicó David Ropeik, un consultor en percepción y comunicación de riesgos. "Pero estas son sustancias naturales. Lo son. Están hechas en un laboratorio, ¿y qué?… El agua que se pone en una botella en una fábrica sigue siendo algo natural".

Para aquellos preocupados por la seguridad o los efectos secundarios, Muñoz les asegura que las vacunas contra la gripe se someten a pruebas exhaustivas de seguridad y se producen bajo "estándares muy altos". Y para aquellos que temen que las vacunas provocan que alguien contraiga la gripe, los CDC asegura que no es así. Están hechas de virus y proteínas muertos, no virus activos, lo que hace imposible contraer la gripe a partir de la vacuna.

En términos de efectividad, Muñoz admite que la vacuna contra la gripe no es perfecta. La vacuna del año pasado recibió mucha presión sobre lo que muchos consideraron una tasa de efectividad decepcionantemente baja. Según las estimaciones de los CDC, la vacuna fue aproximadamente un 40 por ciento efectiva en la prevención de la gripe, casi igual a la temporada anterior.