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LOS VALORES EN TIEMPOS DE LA INMIGRACIÓN

por Rita Fiorino

La inmigración es uno de los temas cruciales de nuestro tiempo. Fenómenos climáticos, guerras, desencuentro entre los seres humanos, todo conduce a pensar que debemos elaborar nuevas y originales formas para admitir este fenómeno.

A nivel internacional –distintos organismos en los que asesoro– analizan esta problemática desde hace tiempo. Asimismo, destinan muchos recursos a la ayuda humanitaria. Un ejemplo de ello, es el acuerdo al que arribó la Santa Sede con la Unión Europea, en el cual se comprometieron a brindar apoyo y fijar sedes de trabajo en los países de la India y Nepal.

Por otra parte, el mundo mira entristecido la inmigración de miles de venezolanos, quienes ante la falta de alimentos e insumos básicos para la salud , abandonan su país. Se ha sumido a ese pueblo en un valle de dolor, hambre y muerte.

Resulta penoso que en el siglo XXI las personas deban verse sometidas al desarraigo, que deban huir de su lugar de residencia. Y lo que es peor, que la comunidad internacional sea indiferente semejantes flagelos.

Estas circunstancias plantean un dilema, cual es el respeto de los derechos fundamentales de nuestros hermanos caribeños versus el derecho de autodeterminación de cada pueblo para elegir su mejor destino. Ahora bien , parecería ser que el postulado mencionado refiere a la autodeterminación del “pueblo”, y no al de autodeterminación del “gobierno”. En efecto, el gobierno no puede hacer lo que le plazca con el pueblo, ya que en éste reside la voluntad general. 

Después de muchos años de aprender y enseñar Derecho Constitucional, puedo decir con –cierta autoridad– que no debemos hacerle decir ni a los Convenios Internacionales, ni a las Constituciones, lo que no dicen. El pueblo es el soberano, sus ciudadanos y sus Hombres, no sus mandatarios. El pilar sobre el cual se halla cualquier derecho, es el PRINCIPIO que coloca al Hombre por encima de cualquier interés, pretensión o colisión. 

En consecuencia, queridos lectores, estos tiempos signados por la robótica y la tecnología, deben encontrarnos en una verdadera revolución en valores, que brinde respuestas al ser humano.

Argentina ha diseñado un sistema amplio y generoso, para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino. Por lo demás, la Constitución estableció en su parte dogmática, que se admitirían a aquellos extranjeros que trajeran por objeto labrar la tierra, profesar las ciencias y las artes.

Asimismo, la Argentina puede dar muestras muy claras del cumplimiento de estándares internacionales para inmigrantes. En efecto, somos un país abierto y formado por inmigración.

En suma, el valor de la inmigración es fundamental, debemos exigir a todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino, que profesen los valores en los que estamos involucrados.

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Dr Daniel Akerfeld en exclusiva para @bairesdigital 2019

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