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De trabajar en una mercería y una panadería a jugar un Mundial con la selección argentina: el sueño cumplido de Aldana Cometti y Ruth Bravo

Antes del debut en Francia 2019, las jugadoras recordaron sus tiempos en el amateurismo, los obstáculos que debieron vencer para desarrollar sus carreras y hablaron de por qué es importante que las futbolistas sean las caras de las campañas publicitarias de las marcas

06/06/2019

Aldana Cometti y Ruth Bravo son dos de las futbolistas de la selección argentina que juegan en España. La defensora es una de las figuras del Sevilla, mientras que la mediocampista brilla en el CD Tacón que acaba de lograr el ascenso a la Liga Iberdrola, la Primera División. Ambas disfrutan de un presente en el que pueden dedicarse al fútbol al 100 por ciento y dejar de lado otras preocupaciones. Sin embargo, en la previa del Mundial de Francia 2019, no se olvidaron de los esfuerzos que debieron hacer en sus comienzos y de los obstáculos que vencieron para llegar a este prometedor presente.

"Chule"-como todos conocen a Bravo- tenía un futuro pensado para ella de antemano:debía ser modelo y bailarina. Con ese objetivo, su papá, que era militar, la mandó a clases de danza desde muy corta edad. Pero en ella pesó más la influencia de mamá, que se juntaba con sus hermanas a jugar a la pelota y tenía el sueño de que su hija siguiera sus pasos. "Tuve que bailar para poder jugar al fútbol", aseguró.

Aunque lo disfrutaba, le daba vergüenza contarle a la gente a qué deporte jugaba por qué la respuesta siempre era la misma: la tildaban de "machona" y eso, en ese momento, le dolía. Aún así decidió seguir adelante: llegó a Estudiantes de La Plata y fue convocada a las selecciones juveniles. Todo parecía ir en ascenso pero, cinco días antes del comienzo del Mundial Sub 20 del 2012, se rompió los ligamentos. "No quería saber absolutamente nada con el fútbol, fue un momento muy triste de mi carrera". recordó Bravo, que dejó la actividad por tres años y empezó a trabajar en una panadería. "Engordé muchísimo", dice hoy mientras se ríe de aquellos tiempos y valora el hecho de estar frente a un desafío que alguna vez se tornó impensado.

Boca fue el club que apostó por Bravo cuando regresó al fútbol y se convirtió en el trampolín que le permitió dar el salto a Europa. El objetivo de jugar en el exterior se cumplió, pero aún queda un anhelo: "Mi sueño es levantar la Copa del Mundo. Sé que en algún momento va a llegar esa gran ilusión que tenemos todas".