17/09/2019
Lo que comenzó como un método eficaz para dejar de fumar para algunos, o como una "moda" para otros, se convirtió pronto en un arma letal que amenaza la salud.
Con el surgimiento de lo que los especialistas comenzaron a llamar "enfermedades pulmonares desconocidas", comenzó a ponerse la lupa sobre el cigarrillo electrónico como un consumo que poco tiene de inofensivo, sino más bien todo lo contrario.
Con ya más de 350 personas internadas y seis muertos en los EEUU por esta causa, el fin de semana se conoció que el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció la prohibición de los cigarrillos electrónicos con sabores, en un intento de "combatir el aumento del consumo de productos de vapeo entre los jóvenes". Cuomo emitió una orden ejecutiva y también ordenó a los cuerpos de seguridad que redoblen sus esfuerzos para frenar la venta de estos productos a los jóvenes y a los menores de edad. La edad mínima para fumar en Nueva York son los 21 años.
Además, adelantó que preparará una nueva legislación para combatir la "publicidad engañosa" de los cigarrillos electrónicos dirigida a jóvenes y niños. "Los fabricantes de cigarrillos electrónicos con sabor a frutas y sabores dulces se están dirigiendo intencionadamente e imprudentemente a los jóvenes y hoy estamos tomando medidas para poner fin a esto. Al mismo tiempo, tiendas sin escrúpulos están vendiendo, conscientemente, productos de vapeo a menores de edad", aseguró el gobernador.
Diversos estudios realizados revelan que el aerosol que emanan los cigarrillos electrónicos contiene cuatro grupos de tóxicos y compuestos cancerígenos llamados carbonilos, compuestos orgánicos volátiles, nitrosaminas y metales pesados. También se encontró que poseen más cromo, plomo y níquel que los cigarrillos comunes. Existe evidencia documentada de que el aerosol de los cigarrillos electrónicos provoca daños en el pulmón como neumonías y lesiones similares al enfisema, que es una de las enfermedades que causa la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).