25/06/2022
Elmau (Alemania), 25 jun (EFE).- El castillo y hotel de lujo de Elmau, en Baviera, recibe este domingo por segunda vez una cumbre del G7, de nuevo sin el presidente ruso, Vladímir Putin, y con los líderes de las grandes potencias volcados en la Ucrania de Volodímir Zelenski.
Siete años después de la cita de los poderosos, a 1.000 metros de altura y entonces con la alemana Angela Merkel y el estadounidense Barack Obama como líderes de referencia, Elmau vuelve a acorazarse para una cumbre donde el tema dominante es la guerra.
No es probable que se produzcan mediáticos desayunos al sol, como el protagonizado por Merkel y Obama, entre cervezas, risas, salchichas y trajes bávaros, en un pueblecito junto a la frontera austríaca. Ni Joe Biden ni Olaf Scholz son dados a ello ni la situación global lo permite.
La cumbre de 2015 fue ya la primera, tras la larga serie del llamado G8 -es decir, con Rusia- en que ese país había quedado apeado del club. A la anexión de Crimea, en 2014, siguió la exclusión de Rusia, aunque seguían en pie muchos puentes con el Kremlin.
La invasión rusa a Ucrania rompió ahora la baraja: Berlín acusa a Moscú no solo de la brutal agresión bélica al país vecino, sino