29/06/2019
Fue la noche soñada, la que todos esperábamos. Victoria ante Brumbies en Vélez por 39 a 7 con cinco tries y una actuación extraordinaria. Público y jugadores mancomunados por un mismo objetivo. Un estadio José Amalfitani con la energía que presagiaban los grandes acontecimientos. Un bastión dónde Jaguares se hizo fuerte (ganó ocho de los diez partidos que jugó) y dónde sólo fue derrotado por Lions y Chiefs en la etapa clasificatoria.
Identidad, mística, compromiso, trabajo. Las bases que construyeron el ADN de un equipo que hizo historia. Rompió las barreras de sus propios miedos. Se fortaleció en la adversidad y se agigantó a base de sacrificio y pertenencia. Entonces contagió y empezó a sumar seguidores. La gente habló de Jaguares como "su equipo" y el apoyo empezó a cambiar de la frialdad del comienzo al aliento con "nombre propio" cada vez más notorio con la seguidilla de resultados positivos.