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Messi está encendido: empuja a Barcelona hasta el final y brilla con las asistencias

No marcó en el clásico catalán, pero con su papel de asistidor sobresale en el apretado cierre de la Liga en disputa con Real Madrid

30/04/2017

ARCELONA.- No conviene subestimar a Messi , ni cuando se le acusa de que perdió el apetito goleador en la grandes citas ni cuando parece que tiene esos días apagados. Lo sufrió el domingo pasado el Real Madrid en el clásico, también el Espanyol en el derbi barcelonés. El rosarino llegó al Santiago Bernabéu con un silencio goleador de más tres años frente al cuadro blanco y se despachó con dos goles, en un partido de hemeroteca, digno de rebobinar una y otra vez. Y, ayer, ante el Espanyol andaba medio cabizbajo, inocuo en una primera parte en la que el Barça sucumbió frente a la presión del cuadro blanquiazul, pero se despertó con furia en el segundo tiempo. No gritó ningún gol, no le hizo falta.

"Sino hace goles, te da asistencias. Y, en la mayoría de partidos, hace las dos cosas. Es el mejor jugador del mundo con mucha diferencia, más allá de todos los debates que puedan o quieran hacer", elogió Jordi Alba al número 10 azulgrana. El argentino del Espanyol, Pablo Piatti, coincidió con el lateral del Barça. "Tiene la calidad tan grande que es muy superior al resto de futbolistas. Y no es que juega bien un día o dos días, juega bien siempre", sostuvo el ex futbolista de Estudiantes. Messi se arrinconó poco en la banda derecha. Más de enganche, parecía atrapado en la jaula del Espanyol. "Es muy difícil marcarlo. Lo importante es que haya muchas piernas cerca, para que cuando se va del primero ya haya otros dos jugadores esperándole. Y eso es lo que hemos intentado. Él se va con mucha facilidad del primero, pero enseguida tiene que haber otro detrás, para que al menos lo moleste o intente pararlo de alguna manera", explicó David López, central del equipo blanquiazul.

Pero hay días en que no existen trampas para Messi. Cuando el Espanyol bajó un cambio en la presión, el 10 se desató. Recibió una pelota de Neymar en la mitad de la cancha y se llevó al 5 del Espanyol, Víctor Sánchez a la rastra hasta que pisó el área. Eligió no patear. Le cedió la pelota a Rakitic para que marcara el segundo del Barça. El tablero ya lo había inaugurado Luis Suárez. Con el 2-0, Messi sacó un pase largo y profundo para el charrúa, que contó con la complicidad del lateral del Espanyol (se hizo un nudo con la pelota) y selló la goleada. Ausente en marcador, omnipresente en el juego. Creó cinco ocasiones de gol, gambeteó con más efectividad que nadie (seis de nueve intentos, frente a las 11 de 17 de Neymar) y fue el que más infracciones recibió, cuatro. "Puede jugar de muchas maneras. Cuando se para de último delantero no para de hacer desmarques, cuando se para más atrás rompe líneas con pases y sino juega de extremo y avanza en el uno contra uno. Es demasiado completo", subrayó David López.

Máximo goleador en España, suma 33 goles; ahora acumula 10 asistencias. Con el Barça eliminado de la Champions e instalado en la final de la Copa del Rey, Messi no quiere olvidarse de La Liga. Al Barcelona le quedan tres partidos: Villarreal, Las Palmas y Eibar. El cuadro azulgrana comparte la punta de la tabla con el Madrid, pero al equipo de Zidane, que ayer venció 2-1 al Valencia, le restan cuatro duelos: el descendido Granada, Sevilla, Málaga y un encuentro pendiente contra el Celta. El Barça de Messi necesita una mano amiga si quiere repetir el doblete (Liga y Copa) del año pasado. Sampaoli y Berizzo están en el camino del Madrid.