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Para emprendedores: ¿qué se necesita para poner en marcha un negocio exitoso?

Si bien este es un año complejo desde el punto de vista económico, existe la posibilidad de salir al mercado.

01/11/2020

Hace un tiempo me preguntaban cómo surgió mi emprendimiento y vinieron a mi mente mil imágenes. Una empresa no nace con su producto, sino que es parte de una construcción que te acompaña a través de muchísimas experiencias y aprendizajes.

 

La forma en que desarrollás tu emprendimiento tiene que ver con lo que sos. En mi caso, siempre tuve facilidad para conectar con la gente, generar vínculos fuertes y hacer grandes amigos. Esto, sumado a la pasión que siento por lo que hago me permitió contagiar e ir sumando las habilidades de quienes me acompañan en este proyecto.

 

Cuando formé mi equipo, invité a participar a personas en las que creo profundamente: hoy ya somos 17 personas trabajando y todos con el mismo empuje, pasión y sintiéndonos parte de algo enorme.

 

¿Pero alcanza con el potencial y la predisposición de un equipo? La respuesta es no, también se necesita un método. Y en ese tema, nuestro norte está muy claro: las empresas siempre buscan mejorar la productividad y reducir costos. Este fue nuestro punto de partida, el de gestionar la actividad laboral y mejorar el rendimiento. No quiere decir que todos los emprendimientos surjan de la misma proposición, pero sí deben tener una para poder encauzar su energía correctamente.

 

Cuando proyectamos Fichap, nuestro gestor de recursos humanos que permite registrar las jornadas laborales de los equipos de trabajo aplicando inteligencia artificial, geolocalización y big data, nos basamos en un libro que se llama The Lean Startup.

 

Se trata de una metodología para el lanzamiento de negocios que propone, en primer lugar, conocer en profundidad las necesidades de los consumidores y las respuestas que tendrán a determinado producto para luego lanzarlo al mercado.

Su creador, el especialista en gestión empresarial Eric Ries, se basó en las teorías de Lean Manufacturing de Toyota, que consideran como desperdicio todo aquel gasto de recursos que vaya dedicado a un objetivo que no sea la creación de valor para el consumidor final. En una palabra: eficacia.

 

En nuestro caso, se trata de partir de necesidades concretas que nos manifiestan nuestros clientes para ofrecerles un producto perfectamente adaptado a su necesidad. Apuntar a un ‘desarrollar-aprendiendo’ y ‘aprender-haciendo’ constante que se traduce en un verdadero feedback entre las demandas de los clientes y nuestro producto.

 

EMPRENDER EN LA ARGENTINA

 

En Argentina el sector pyme y emprendedor representa cerca del 44% del PBI y el 51% del empleo. Un gran exponente de potencial creativo. Sin embargo, la situación de los emprendedores en el país no es fácil.

 

Si bien este es un año complejo desde el punto de vista económico, con una importante caída de la actividad, aumento de los costos de producción, mayor presión tributaria y otros factores, existe la posibilidad de salir al mercado encontrando las herramientas adecuadas. Los fondos de financiamiento, las incubadoras, las redes de emprendedores y espacios de trabajo colaborativo que impulsan tanto el sector privado y los organismos regionales, son algunas de las herramientas disponibles para no bajar la cabeza.

 

No debemos olvidar que los tiempos de crisis también significan grandes oportunidades: algunas de las startups más exitosas de nuestro país, como Mercado Libre, tuvieron su mayor impulso luego de la crisis 2001-2002 y actualmente fueron nuevamente favorecidas.

 

Por todo esto considero que hay tres cuestiones fundamentales que no debemos olvidar cuando pensamos en emprender:

  1. Conocer las necesidades del mercado y buscar brindar soluciones concretas a los problemas de tu público objetivo (y no a la inversa).
  2. Ser auténtico y no perder el rumbo: seguir los instintos, aprender a equivocarse, pivotear y volver es parte del camino.
  3. Rodearse de un buen equipo. No solo necesitamos habilidades y competencias, sino también buena onda, confianza y cien por ciento de compromiso. Uno solo puede ir rápido, pero en compañía se llega más lejos.

 

(*) Emprendedor argentino, fundador de Fichap, finalista en el Entrepreneurship World Cup (EWC).

 

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Hace un tiempo me preguntaban cómo surgió mi emprendimiento y vinieron a mi mente mil imágenes. Una empresa no nace con su producto, sino que es parte de una construcción que te acompaña a través de muchísimas experiencias y aprendizajes.

 

La forma en que desarrollás tu emprendimiento tiene que ver con lo que sos. En mi caso, siempre tuve facilidad para conectar con la gente, generar vínculos fuertes y hacer grandes amigos. Esto, sumado a la pasión que siento por lo que hago me permitió contagiar e ir sumando las habilidades de quienes me acompañan en este proyecto.

 

Cuando formé mi equipo, invité a participar a personas en las que creo profundamente: hoy ya somos 17 personas trabajando y todos con el mismo empuje, pasión y sintiéndonos parte de algo enorme.

 

¿Pero alcanza con el potencial y la predisposición de un equipo? La respuesta es no, también se necesita un método. Y en ese tema, nuestro norte está muy claro: las empresas siempre buscan mejorar la productividad y reducir costos. Este fue nuestro punto de partida, el de gestionar la actividad laboral y mejorar el rendimiento. No quiere decir que todos los emprendimientos surjan de la misma proposición, pero sí deben tener una para poder encauzar su energía correctamente.

 

Cuando proyectamos Fichap, nuestro gestor de recursos humanos que permite registrar las jornadas laborales de los equipos de trabajo aplicando inteligencia artificial, geolocalización y big data, nos basamos en un libro que se llama The Lean Startup.

 

Se trata de una metodología para el lanzamiento de negocios que propone, en primer lugar, conocer en profundidad las necesidades de los consumidores y las respuestas que tendrán a determinado producto para luego lanzarlo al mercado.

Su creador, el especialista en gestión empresarial Eric Ries, se basó en las teorías de Lean Manufacturing de Toyota, que consideran como desperdicio todo aquel gasto de recursos que vaya dedicado a un objetivo que no sea la creación de valor para el consumidor final. En una palabra: eficacia.

 

En nuestro caso, se trata de partir de necesidades concretas que nos manifiestan nuestros clientes para ofrecerles un producto perfectamente adaptado a su necesidad. Apuntar a un ‘desarrollar-aprendiendo’ y ‘aprender-haciendo’ constante que se traduce en un verdadero feedback entre las demandas de los clientes y nuestro producto.

 

EMPRENDER EN LA ARGENTINA

 

En Argentina el sector pyme y emprendedor representa cerca del 44% del PBI y el 51% del empleo. Un gran exponente de potencial creativo. Sin embargo, la situación de los emprendedores en el país no es fácil.

 

Si bien este es un año complejo desde el punto de vista económico, con una importante caída de la actividad, aumento de los costos de producción, mayor presión tributaria y otros factores, existe la posibilidad de salir al mercado encontrando las herramientas adecuadas. Los fondos de financiamiento, las incubadoras, las redes de emprendedores y espacios de trabajo colaborativo que impulsan tanto el sector privado y los organismos regionales, son algunas de las herramientas disponibles para no bajar la cabeza.

 

No debemos olvidar que los tiempos de crisis también significan grandes oportunidades: algunas de las startups más exitosas de nuestro país, como Mercado Libre, tuvieron su mayor impulso luego de la crisis 2001-2002 y actualmente fueron nuevamente favorecidas.

 

Por todo esto considero que hay tres cuestiones fundamentales que no debemos olvidar cuando pensamos en emprender:

  1. Conocer las necesidades del mercado y buscar brindar soluciones concretas a los problemas de tu público objetivo (y no a la inversa).
  2. Ser auténtico y no perder el rumbo: seguir los instintos, aprender a equivocarse, pivotear y volver es parte del camino.
  3. Rodearse de un buen equipo. No solo necesitamos habilidades y competencias, sino también buena onda, confianza y cien por ciento de compromiso. Uno solo puede ir rápido, pero en compañía se llega más lejos.

 

(*) Emprendedor argentino, fundador de Fichap, finalista en el Entrepreneurship World Cup (EWC).

 

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